#011 El Padel es música

Feliz Día del Padre para todos los paleteros que siguen el blog, ya sea porque la vida les dió la fortuna de procrear, o bien porque el Padel les dio a ese amigo al que le ganan cada vez que juegan, sin parar, y lo tienen de hijo!!
La humedad que azotó a Buenos Aires en estos días me impidió tomar clases esta semana, pero pude mantener el ritmo. Metí Padel en un par de canchas libres y empecé a notar que, de a poco, mejora mi ritmo. Como conté en los primeros relatos, me mataba el tercer set, llegaba arrastrándome. Y nótese que no digo que mejora mi estado físico, sino mi ritmo.
Me imagino el partido de Padel (o el torneo si lo analizamos de manera más amplia) como si fuera música. Una batalla musical entre dos bandas, algo así como freestyle (o payadas para los más veteranos) en parejas. En el que un bando ataca y el otro se defiende o contragolpea, de manera sucesiva hasta que una de las parejas es vencida en cada punto del game.
Y que no solo se limita a un ritmo musical, cada pareja decide con qué estilo quiere jugar: pop, rock, clásico, folklore, electrónico, etc.
Cuando digo que noto una mejora en mi ritmo (en Padel), me refiero al hecho de regular energías a lo largo del partido. Obviamente, que al jugar 3 o 4 veces por semana, mi estado físico mejora y tengo más resistencia. Pero creo que en lo que estoy mejorando más que nada es en poder frenar mi impulso (y a veces el de mi compañero de turno) a correr desenfrenadamente.
Al ser un deporte en pareja, y no tener una pareja fija con la cual entrenar, tomar clases, etc., se vuelve complicado a veces mantener el trabajo en equipo del que hablábamos hace un par de semanas. Y frente a esto veo tres opciones:
1) Conversar y ponernos de acuerdo acerca de la mejor estrategia para jugar cada partido (es la opción ideal, pero la más complicada si ambos ven el deporte de manera diferente), sería como decidir juntos qué ritmo musical vamos a tocar e incluso tener un director o manager que nos guíe en la manera de hacerlo.
2) Acomodarte al ritmo del compañero, tocar el ritmo que a él le guste, más allá de que sea de mi agrado o de que tenga la capacidad de hacerlo.
3) Jugar al ritmo propio y que sea lo que Dios quiera (o tu compañero decida).
En mi caso, que tengo esta falencia física (y esta edad!!), acomodarme al ritmo de mi compañero resulta muy riesgoso, ya que se me acaba la nafta en la mitad del segundo set y me transformo en carne de cañón para los rivales.
Y teniendo en cuenta que, por el momento, la opción 1 no es viable, me tengo que resignar a jugar a mi ritmo (sabiendo que es una opción chota, pero es el mal menor). Si mi compañero de ocasión entiende que no puedo ir a su ritmo de rock and roll y tiene la capacidad de adaptarse a mi jazz, capaz tengamos la suerte de hacer un gran concierto. Al contrario de eso, si no lo entiende, o no le interesa, tocaremos dos canciones diferentes al mismo tiempo y nos echarán del escenario a tomatazos.
Puede sonar una decisión egoísta, pero creo tener una justificación. Cuando hablo de ritmo, no sólo me refiero al gusto de cada uno, sino fundamentalmente a la capacidad. Si me tocara jugar como compañero de alguien que no tiene la CAPACIDAD de volear dos pelotas seguidas, aunque a mi no me guste, tendría que cambiar mi "canción" y jugar todo el partido en el fondo de la cancha, dado que mi compañero tiene una incapacidad y no es que juega en el fondo porque "le gusta mas".
En mi caso, la incapacidad que tengo está relacionada con la resistencia física. Puedo tocar rock and roll, pero con suerte puedo hacerlo durante 13 o 14 games. Si tenemos la fortuna de que resulte un concierto corto y lo liquidemos en un 6-1, 6-2, está genial. Pero si me plantean que tengo que mantener un "concierto" de dos horas, TENGO que tocar jazz, no me queda otra, no es una cuestión de gustos, es un tema de capacidad.
Y al considerar el Padel como un deporte de equipo, la única alternativa que nos queda es acomodar gustos al mismo tiempo que capacidades, sino siempre nos quedaremos tocando conciertos en bares de mala muerte sin la esperanza de poder, al menos como teloneros, tocar en un estadio.


Comentarios

  1. Es muy muy buena tu analogía. Nunca se me habia ocurrido comparar al padel con la música y la verdad q tiene mucho sentido. También en una banda por mas que ambos toquen rock incluso entre ambos guitarristas tiene q haber diferencias, a veces uno hace el punteo y el otro el acompañamiento. Suerte con los acordes!!!

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  2. Gracias Ale por el comentario! Me alegro que te haya gustado la analogía y a seguir trabajando la afinación y el ritmo! Abrazo grande.

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