#003 Mi segundo primer torneo

Antes que nada, quiero contar que estoy sorprendido y feliz por la repercusión que está teniendo el blog, los comentarios públicos y privados que estoy recibiendo en el Facebook de Quiero jugar Padel (en 5ta) son un montón y me motivan a seguir a full transitando el camino. NO DEJEN DE HACERLO!!!
El sábado pasado finalmente volví a la competencia. Los años no me permiten recordar aquel primer torneo de Padel de mi adolescencia, y mucho menos conectarme con los sentimientos de aquella experiencia. Casi como si nunca hubiese ocurrido.
Por suerte, esta vez la vida me puso frente a la oportunidad de enfrentar por segunda vez un primer torneo de Padel. Y digo que es un primer torneo, principalmente porque no tengo recuerdos del primero, pero también porque esta es otra historia. Quizá tenga el mismo ADN del púber que ganaba torneos de menores, y sin duda, ese pibe es parte responsable de lo que soy hoy; pero siento que tengo que soltar aquella experiencia con el Padel para poder crear una nueva relación con el deporte.
Confirmé el sábado que lo que antes era natural hoy no lo es. Antes utilizaba recursos que no necesitaba pensar, salían por sí solos. Movimientos, reflejos, golpes, que hace dos décadas no eran ordenados por mi cerebro (o quizá lo eran pero a tal velocidad que mi razón no lo percibía), hoy ya no existen. O mejor dicho, demoran tanto en llegar que el contrario ya está por sacar para un nuevo punto.
Como les conté hace unos días en el post anterior, el organizador del club de Padel, me dijo que estaba en condiciones de jugar el torneo de 8va. Y yo estaba dispuesto a demostrarle que conmigo había errado fiero, que debería haberme invitado a jugar 6ta.
Mi certeza sobre este punto duró lo que tardé en pisar la cancha para el primer partido.
No tengo explicación racional para la sensación que tuve cuando empecé la entrada en calor. O quizá si, la explicación fue el cagazo.
Mientras que peloteaba se iba desmoronando mi autoestima y el tipo que tenía enfrente iba creciendo en centímetros, al menos desde mi perspectiva.
Comenzó ese primer partido, y salimos a matar con Chichito (llamemos así a mi compañero para resguardarlo de mis desventuras). Jugamos como si el trofeo fuera de diamantes. Me agité bastante, pero reconozco que al haber sido un partido rápido no llegué a notarlo tanto.
El partido terminó 6-1, y empecé a callar mis voces que me aseguraban que iba a pasar papelones. Ganamos también el siguiente partido, 6-4.
En el tercero cometí un error gravísimo. Dejé crecer mi arrogancia y subestimé a los rivales. Sin ningún motivo, sólo por la miopía que me había generado haber ganado 2 partidos (¡imaginen si llego a ganar un torneo nacional!). Cuando terminamos el peloteo inicial y estaba por comenzar el partido, me acerqué a Chichito para decirle que regulemos, que no nos cansemos, que eran muy flojos y con sostener nuestro saque lo pasábamos caminando.
A los 10 minutos perdíamos 4-1.
Logramos revertirlo y terminó 7-5 a favor, pero más importante que el resultado fue el aprendizaje. Después de ese partido, me prometo a mi mismo (y a ustedes si quieren) que en adelante voy a jugar cada partido como si estuviera perdiendo. Porque, en el Padel como en la vida, no importa si uno comete idioteces, lo que importa es no convertirse en idiota, y si no aprendo de esta lección me estaría transformando en uno.
Pasamos de fase, y por haber ganado el grupo fuimos directo a semifinal. Ganamos 6-3 y en la final nos atendieron con un hermoso y parejo 7-5. La verdad es que terminé el día feliz.
Si bien la semana pasada me sentí un poco ofendido cuando me dijeron que tenía que jugar en 8va, descubrí durante el torneo que me había quedado apegado a la idea de que no habían pasado los años y que seguía siendo el mismo que había jugado el último torneo de Padel 18 años atrás.
Hoy estoy dolorido, me apareció un dolor en el hombro que hacía años estaba controlado. Descubrí que el Padel al que yo jugaba lo enterraron en este tiempo, junto con mi estado físico.
Si quiero jugar en 5ta. voy a tener que aprender un deporte nuevo, que no se muy bien en qué consiste, pero estoy seguro que no es el que se juega corriendo como un loco por la cancha y pegándole fuerte a todas las bolas que se me ponen enfrente.
A lo mejor lo que cambió no fue el deporte, a lo mejor cambió mi mirada de ver el mundo, y dentro de ese mundo está el Padel.
Tengo ganas de seguir descubriendo este mundo (o al menos mi mirada sobre él), y los invito a suscribirse al blog si les gusta la idea de acompañarme.

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